viernes, 27 de mayo de 2011

La incertidumbre sigue rodeando el ingreso de Venezuela al Mercosur

Se avecina un limbo económico

En el 2011 se cumplen 5 años de la primera solicitud de ingreso como miembro formal de Venezuela al Mercado Común de América del Sur y el veto paraguayo no parece dar tregua. En abril ocurrió la salida definitiva de este país de la CAN. A partir de allí Venezuela queda desamparada en materia de la integración económica regional

Andrea Blanco

Especialistas, internacionalistas y expertos en integración coinciden en que a partir de abril Venezuela entrará en un limbo en materia de integración económica regional, tras la salida definitiva de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la negativa continua del Congreso paraguayo a la solicitud de adhesión como miembro pleno, que presentó Venezuela ante el Mercosur en el año 2006.


El optimismo desaparece al mencionar el ingreso de Venezuela al Mercado Común del Sur. Héctor Constant Rosales, negociador político de Venezuela ante el Mercosur dice no creer que esté próxima la entrada de Venezuela al mecanismo de integración. Luis Angarita, internacionalista y Profesor de la UCV, opina que el país no es para los paraguayos una prioridad en materia de integración comercial, que es el mayor ámbito de aplicación del Mercosur.

Franklin González, profesor de la UCV y ex embajador en Uruguay, cree que la aprobación del ingreso de Venezuela como miembro pleno al Mercosur está trabada por razones meramente políticas. “Creo que van a terminar aprobando el ingreso porque es una necesidad para los paraguayos y para los brasileños, no es una necesidad para Venezuela. Comercialmente, Venezuela sigue desarrollando las relaciones comerciales con los países bilateralmente”. La especialista en Derecho Internacional Económico y de Integración, María Teresa Belandria, asegura que habría que esperar que termine esta legislatura del senado paraguayo, que se elijan unos nuevos representantes parlamentarios y estos lleguen a considerar la posibilidad.

Un área de contradicciones: Ventajas y desventajas. Es necesario colocar en una balanza las variables que se manejan en este juego de intereses regional. El ingreso de Venezuela al Mercosur significará ampliar su mercado externo y, a su vez, pasar a contar con una oferta de bienes y servicios proveniente de los países miembros. Sin embargo, es fundamental evaluar las contradicciones entre Venezuela y el mecanismo,  y las desventajas que se generarían del ingreso.

Las opiniones de los expertos convergen en que con el ingreso de Venezuela al Mercosur se fortalece este mecanismo de integración en la región e internacionalmente, en la medida en que la variable energética, muy debilitada hasta ahora, se desarrolla y profundiza con Venezuela. “Este ingreso otorgará a Venezuela y a su Gobierno, una mayor legitimidad internacional, sobre todo en función de la campaña mediática transnacional orquestada en su contra”­­, acota Constant.

González, quien también fue representante permanente de Venezuela ante el Mercosur en Uruguay, asegura que Venezuela pasó de tener una relación comercial con los países que integran el Mercosur hace 5 años de $1.000 millones a una en la actualidad de $10.000 millones. Belandria, añade que la balanza de pagos favorable que había con los países miembros se ha invertido y en este momento Venezuela es deficitario con relación a todos los países del Mercosur. Esto significa que el país compra más productos los que les vende. “Durante muchos años tuvimos una balanza de pagos favorable con Brasil, superior a los 4.000 millones de dólares, actualmente el déficit supera los 6.000 millones de dólares”, sentencia la profesora.

Es una fuerte posibilidad que sectores productivos nacionales, en particular los medianos y pequeños,  pudieran verse desfavorecidos sobre todo por la competencia de los bienes y servicios provenientes (por ejemplo) de Brasil en el campo industrial, agrícola y manufacturero.

Como bien señala Belandria, para competir con economías tan grandes, es necesario un aparato industrial fuerte, con productos diferentes al petróleo, que puedan entrar a competir en un mercado de casi 400 millones de personas, y en este momento las empresas venezolanas no tienen ni la calidad, ni la capacidad. “Venezuela apostaría a depender en mayor medida del petróleo como bien de exportación, con pocos avances en economías de escala”, señala el profesor Angarita.  

“Aunque los Programas de Liberación Comercial negociados por Venezuela buscan y buscarán proteger a los sectores productivos nacionales para evitar su desaparición frente a productores del Mercosur más competitivos, estos programas son finitos, con lo cual existe el riesgo de dar un rudo golpe a la producción nacional si no se diseñan unas políticas adecuadas”, enfatiza el profesor Constant.

Fermín Toro Jiménez, profesor titular de la UCV y ex-embajador permanente de Venezuela en la ONU considera que quizás la variable negativa más emblemática ante el ingreso de Venezuela al Mercosur es que la integración será difícil y complicada. “Venezuela pretende un régimen de intercambio estructuralmente diferente al del Mercosur, que es estrictamente capitalista”.

Mercosur tiene un conjunto de tratados que ha suscrito con otros grupos de integración, como la UE, en los cuales ya están fijados aranceles, plazos y preferencias, que no habría posibilidad de modificar, por lo cual Venezuela entraría a un traje que no fue hecho a su medida”, acota Belandria.
En este punto Fermín Toro se pregunta: “¿Cómo avanzar dentro del Mercosur, cuando no tenemos poder suficiente para modificar internamente al mecanismo?”.

Venezuela y la crisis de integración. Si bien es cierto que Venezuela solicitó retirarse de la CAN en 2006 condenando el impacto negativo que traerían al país los Tratados de Libre Comercio de Estados Unidos con Perú y con Colombia (este último aún sin concretarse),  Belandria y Toro convergen en que la zona de expansión y de influencia natural de Venezuela es la CAN, no el Mercosur.

“Observamos la incompatibilidad de nuestro país con la CAN (casos Panamá y Colombia) y con el Mercosur, entonces, ¿dónde estamos?, ¿en el ALBA? Eso todavía está muy incipiente, es un embrión que tiene que desarrollarse, adquirir más consistencia. El ALBA es un proyecto anticapitalista que entra en contradicciones con el Mercosur. En materia económica habría que preguntarse ¿cuál es el intercambio real con los otros miembros?”, enfatiza Fermín Toro.


En materia de las contradicciones entre el Mercosur y el ALBA, el internacionalista Luis Angarita opina que hace falta una política exterior clara en cuestión de políticas comerciales y de protección de la producción nacional, entendiendo que el Mercosur es un tratado principalmente comercial. Por su parte, Constant considera que el Mercosur es un modelo económico y el ALBA un modelo político, con lo cual la brecha que los separa es mayor que la zona que los une. “Es necesario que el ALBA logre asegurar un acervo normativo que la blinde y le genere una mayor consistencia”.

“Hay que ver que aunque la relación con la Comunidad Andina existía y era de larga data, realmente es este un esquema que fenece. Creo que la CAN está destinada a su desaparición. Recordemos hoy que la CAN está viviendo de su historia, más que de su presencia, por lo que creo que fue ventajoso y bien pensada la salida de la CAN. Claro, no se esperaba que hubiese la traba de algún país para el ingreso al Mercosur. Creo que lo dieron por sentado”, concluye Constant.

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