jueves, 2 de junio de 2011

UCV como plataforma política


Entre el activismo y la academia

En la UCV abundan los líderes estudiantiles. Su quehacer político traspasa las fronteras de la universidad. Muchos coinciden en que el activismo reduce el tiempo que le dedican a su carrera y por ende su rendimiento en clases. Especialistas aclaran que el desempeño académico viene dado por factores motivacionales y que es cuestión de establecer prioridades 

Andrea Blanco

En el imaginario común de la población de la Escuela de Estudios Políticos de la UCV se sabe de antemano que en periodos de campañas electorales internas o externas, disminuye la asistencia del alumnado a sus clases, y con ello baja el promedio de la Escuela. Sería como ver en un gráfico una línea recta, que cuando hay elecciones desciende en picada y cuando no las hay, sube. Allí el promedio académico general depende de la situación política.

Como en el país, en la Universidad Central de Venezuela la polarización política es una realidad. Sin embargo, el elemento ideológico no resulta determinante a la hora de evaluar si un líder estudiantil está cumpliendo exitosamente con sus obligaciones académicas o no. María Huguet, especialista en rendimiento académico, explica que tampoco lo es su situación socioeconómica o su coeficiente intelectual, como se suele pensar. “De acuerdo a la bibliografía nacional e internacional, los principales factores que inciden en el rendimiento académico de un estudiante son los aspectos motivacionales: la necesidad de logro, la responsabilidad, los hábitos y técnicas de estudio, la gerencia del tiempo y la preparación académica con que venga el estudiante de bachillerato”. 

Un grupo de líderes estudiantiles coincide en que efectivamente la actividad política afecta significativamente su vida académica. Luken Quintana, consejero de Facultad en Ingeniería y simpatizante de Acción Democrática, asegura que el consumo de tiempo es muy grande. Raúl Cañizalez, presidente del Centro de Estudiantes de Trabajo Social y miembro de la juventud del PSUV, afirma que a la política se le dedica más tiempo. “No me dedico a mis actividades académicas como hacía antes, cuando no tenía las mismas responsabilidades que tengo hoy”. 

Por su parte, Enver Conde, consejero de Facultad y presidente del Centro de Estudiantes de Comunicación Social, dice que ha tenido que disminuir la carga que inscribe semestralmente. “Estoy en la Escuela desde las 8am hasta las 9pm, y los fines de semana desde las 6am hasta las 11 o altas horas de la madrugada en actividades de calle. Trabajo en la dinámica de la Mesa de la Unidad”. 

“Ciertamente hay un riesgo, un peligro, de que tantos compromisos nos lleven a descuidar la universidad, pero si hay responsabilidad y organización, se logra”, asegura Kevin Ávila, Secretario de Asuntos Nacionales de la FCU y Consejero de Escuela de Trabajo Social. Sin embargo, añade que en tiempos de campaña, es complicado llevar las actividades académicas y las relaciones interpersonales.

Quintana, líder estudiantil de ingeniería, afirma que ha tenido que hacer un esfuerzo grandísimo para recuperar lo que se pierde de tiempo, pero que conoce muchísimos casos de personas que por estar involucradas en actividades políticas o de otro tipo en la universidad pierden asignaturas, aplazan, y les toca repetir varias veces la misma materia. 

Su Motivación. Muchos de ellos ya vienen con la inquietud de hacer activismo estudiantil, otros se incorporan en el camino. Kevin Ávila, también ex candidato al Parlamento Latinoamericano, confiesa haber entrado a la universidad con la intención de participar en política. “Ya yo venía con algún acercamiento, ingresé a la UCV e inmediatamente busqué participar”.

Quintana cree que hay, y entre esos se cuenta, bastantes personas en la universidad que tienen un interés adicional, más allá de estudiar, por generar cambios en su entorno. Considera que en la universidad y en general en la vida, la política es el único camino para realmente poder participar en la toma de decisiones y para que se vea reflejada la visión de mundo que uno tiene en la realidad.

La inquietud por hacer política que tienen estos jóvenes, en la mayoría de los casos, traspasa las fronteras de la universidad, por ello desde ahora son miembros o simpatizantes de partidos políticos y hacen trabajo de calle. Miran la política como su estilo de vida y la palpan como su presente y su futuro.
Huguet, quien es también profesora en la Facultad de Ingeniería, asegura que debe haber un equilibrio. “Es una escogencia personal que para un estudiante universitario la política tenga más peso que la academia, claro, siempre y cuando las actividades estén balanceadas”.

La especialista explica que los estudiantes que incursionan en política, empleando el concepto de McClelland, son personajes altos en poder. De acuerdo a este autor hay dos clases de poder, el personalizado, es decir, que lo poseen los líderes que usan el poder para proyectarse, manipular a los demás y alcanzar las metas individuales y el poder socializado, a través del que se busca ejercer el liderazgo para obtener beneficios colectivos, para mejorar o cambiar algo para el bien común. De acuerdo a los estudios llevados a cabo por el Doctor en psicología, Romero García, a finales del siglo XX, el venezolano adulto se caracteriza por poseer “poder personalizado”. Esta característica también la encontró la profesora Huguet hace unos años en el perfil de un líder estudiantil que después de ocho años en la universidad seguía en el ciclo básico de ingeniería.

Comodín y plataforma. La coordinadora de los profesores consejeros de la Facultad de Ingeniería, Luisa María Ríos, a lo largo de su carrera se ha topado con varios casos de líderes estudiantiles que acuden a ella porque sus deficiencias académicas los han llevado a caer en los regímenes de permanencia de la universidad.  Ella sostiene que lo común es que estos estudiantes tarden más del tiempo necesario para graduarse y que es un caso raro ver que un líder estudiantil se gradúe rondando el tiempo que dura su carrera.

Huguet ha sido también profesora consejera y afirma que un líder estudiantil debe ser un modelo de buenos valores, ser estudioso, responsable, y que los estudios sean un elemento preponderante en su vida, no que utilice la universidad como un comodín, como una plataforma, o para tener el estatus de estudiante universitario. “Si un estudiante se va a meter a político, que lo hemos visto y seguimos viendo, y va a pasar 7, 8 y 10 años en graduarse, ¿qué es lo que está haciendo? Yo lo incitaría a que reflexionara”.

Los estudiantes ucevistas que hacen política universitaria están conscientes de la importancia que recae sobre su desempeño académico. Esto se ve reflejado en la similitud de los discursos, en el afán por dar explicaciones sobre su rendimiento, que en muchos casos no se corresponden con sus récords académicos. Ellos saben que deberían ser un modelo a seguir.  

Hay variedad de casos: los que permanecen en una carrera, los que se cambian a otra escuela, los que inscriben dos materias por semestre, los que a la larga dejan la política y logran graduarse, los que dejan la universidad y por supuesto los que son capaces de llevar ambas actividades armoniosamente. Sin embargo, no debe olvidarse que durante la estadía de estos jóvenes en la UCV están en juego importantes factores como el cupo que utiliza en esta casa de estudios, que bien podría ser empleado por otro estudiante con genuinos intereses académicos, el dinero de sus padres y la inversión del Estado.

El jefe de Control de Estudios de la Escuela de Estudios Políticos, Gustavo Márquez, asegura que es raro que alguno abandone la universidad porque les conviene más estar dentro. “A los partidos políticos, de ambos lados, les conviene tener dirigentes en la universidad”.

Como explica Ríos, varios de los líderes estudiantiles a los que les ha servido de profesora consejera “se han dejado de eso”, (esta expresión referida a sus actividades políticas), y así han logado finalmente avanzar en la carrera hasta graduarse. Otros no han seguido ese camino, y continúan en la universidad a pesar de ya tener alrededor de 10 años liderando movimientos estudiantiles y transitando los pasillos de esta Alma Mater.    

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